Los hombres conviven peor con la enfermedad, aunque ellas van más al médico. Las mujeres prestan más atención a su salud y ejercen de cuidadoras.
Madrid (España).- Lejos de tratarse de un tema de machismo o feminismo, especialistas aseguran que tanto psicológica como físicamente ellos "sienten" diferente que ellas. Si bien suelen tener un lugar común en las charlas de mujeres, parecería haber algo de cierto en eso de que muchas mujeres sufren en silencio y que los hombres son peores pacientes que ellas.
"Es una realidad cierta, aunque no empíricamente probada", admite sonriendo el doctor Carlos San Martín, miembro del Grupo de Trabajo de Sexología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). "La experiencia nos demuestra que hay diferencias de género en lo que se refiere al afrontamiento de la enfermedad".
Autocuidado
"La mujer está más acostumbrada a ejercer el rol de cuidadora, tiene mejor asumida la importancia del autocuidado de la salud -especialmente en algunos periodos de su vida reproductiva-, y eso se traduce en una mayor normalización cuando le toca ser paciente; una mayor aceptación de la posibilidad de enfermar".
Confirma su impresión la doctora Pilar Román, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI); "en general ellos son peores pacientes y tienen más miedo a lo que les pueda pasar, a las pruebas médicas, a la muerte...". Una sensación que confirma la doctora Concha Pérez, presidenta de la Sociedad Española del Dolor: "No lo avalan los estudios, pero sí parece que ellos se marean más con los pinchazos, suelen sufrir más síndromes vagales".
El doctor Francisco Camarelles, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), confiesa que tiene algunas dudas sobre si los hombres son más 'quejosos' que las mujeres, aunque reconoce que puede ser así en el ámbito doméstico, pero no necesariamente a la hora de ir al médico. "Ellas tienen mayor permisividad social a la hora de enfermar, quejarse, ir al médico a consultar; en cambio, ellos, pueden tener la sensación de que pierden su hombría", apostilla.
También el psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón, Francisco Duque rompe una lanza en favor de sus congéneres y rechaza las generalizaciones ("es más una cuestión de diferencias individuales"); aunque sí reconoce que a menudo la enfermedad desborda los mecanismos de control del varón, acostumbrado socialmente a representar un papel de líder, de invulnerable.
"La mujer suele expresar sus emociones sin pudor, mientras que el hombre elabora más las situaciones para tenerlas bajo control", explica este especialista en Psicología Clínica. Por eso es probable que ellos reaccionen peor ante una situación anómala, como puede ser, pongamos por caso, una gripe.
- Cuidar a la familia
La doctora Román admite además que es habitual que las mujeres no sólo asuman su enfermedad con naturalidad, sino también la de sus maridos; especialmente en edades avanzadas; "ellas te cuentan mejor lo que les pasa a ellos, asumen la enfermedad de la pareja". Una idea en la que ahonda el doctor Antoni Trilla, del Hospital Clínic de Barcelona: "Hay otro fenómeno curioso, y es que las mujeres visitan mucho más a sus parientes en el hospital. Es más infrecuente que la parte masculina de la familia -padres, hijos, hermanos...- venga a ver a un paciente varón ingresado", resume. "Tal vez ellas tienen un mayor sentido de protección, de ayuda".
En este sentido, el doctor Camarelles coincide con sus colegas en que las mujeres tienen más sentido del cuidado de la salud, propio y de su familia ("suelen ser ellas las que controlan las citas con el médico y se las recuerdan a todos"). Y añade: "A la mujer se la educa para pedir ayuda y tiene más recursos para hacer frente a las adversidades". Entre otras cosas, concluye, ellas son las que más información sobre salud buscan en internet y las que más acuden al médico (en las encuestas tienen peor salud autopercibida que los varones), "pero aunque consulten más, no lo ven como una debilidad".
A ellas les duele más
Uno de los ámbitos en los que más y mejor se han estudiado las diferencias de género en la cuestión del dolor. Según explica la doctora Concha Pérez, presidenta de esta sociedad, los ensayos han demostrado que las mujeres sufren dolor con más frecuencia e intensidad que los hombres.
"En la infancia no hay diferencias entre niños y niñas, pero cuando alcanzan la adolescencia, se ha comprobado que el dolor se dispara en las mujeres", explica. Esta coincidencia temporal ha llevado a los científicos a especular con la posibilidad de que esta diferencia tenga que ver con las hormonas femeninas; pero como destaca la doctora Pérez, es sólo una hipótesis, porque también se han manejado otras causas.
"Podría ser también por diferencias en los sistemas neuronales de inhibición del dolor, o por otras hormonas (como la dopamina y el cortisol)... Se ha valorado asimismo que tenga que ver con una mayor activación de los mecanismos antiinflamatorios en las mujeres, o que sea una cuestión social, más que fisiológica", apunta. "No está claro el porqué, pero en todos los modelos de dolor que se han estudiado, las mujeres presentan puntuaciones más altas".
Además, como recuerda el doctor Camarelles, el género por sí solo justifica una serie de enfermedades, más habituales entre las féminas por el simple hecho de serlo. Patologías endocrinas (como el hipotiroidismo), anemias, problemas osteoarticulares o autoinmunes, o trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad tienen mayor incidencia entre las mujeres. "Y en todo ello hay una cuestión biológica", explica este especialista en Atención Primaria que admite que no siempre los médicos le prestan la suficiente atención a las diferencias de género en la consulta.
Fuente: http://www.proyecto-salud.com.ar/shop/detallenot.asp?notid=9281
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