lunes, 30 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
Con Woddy Allen: el sexo sin amor...
Para dar la bienvenida a este largo fin de semana, compartimos con los amigos esta reflexión de Woody Allen: "El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores"
El lujo y las marcas para las nuevas generaciones
How do Millennials define luxury?
Link: mashable.com
Fuente: trend & tonic
A recent article by C-suite luxury ad man Duke Greenhill compared attitudes toward premium brands among Millennials and Baby Boomers. Millennials emphasize the source, craftsmanship and design of a product over its price tag. To them, luxury items are a means of expressing aspiration rather than net worth. These aspirations often center on green living. (Four out of the seven recession-era status symbols cited by The Fiscal Times involve social responsibility or sustainability.) Furthermore, Millennial luxury is inclusive rather than exclusive: Young people want their peers to join them in the social initiatives they advertise through their choice of brands.
Affluent Millennials want to be seen as civic-minded, not rich. They want to appear well-informed, altruistic, discerning and down-to-earth. This is a big change from the “trading up” mentality of the Boomers, and must be kept front-of-mind when developing products and ads geared toward Millennials with money.
Fuente: trend & tonic
¿Por qué la comida del avión sabe tan mal?
La respuesta rápida a la pregunta de por qué la comida del avión es tan sosa y anodina pudiera ser que es comida de baja calidad. O que en Primera Clase eso no pasa. Sin embargo, hay otros motivos que influyen en el sabor de la comida que ingerimos a 10.000 metros de altura.
Según sugieren algunos estudios, incluso fomentados por las propias compañíais aéreas, el sentido del olfato cambia mucho debido a las condiciones higrotérmicas de la cabina (el grado de humedad es bajísimo, resecando la nariz: cuando la nave alcanza su altitud de crucero, a 11.000 metros de altitud, la humedad de la cabina se mantiene a niveles mínimos para reducir el riesgo de corrosión de fuselaje).
También se ve influido el del gusto, debido al cambio en la presión del aire, que adormece las papilas gustativas. El aire seco (en torno a un 15% de humedad) y la presión de la cabina provocan que se duerman un tercio de las papilas gustativas. Algo parecido a lo que sucede cuando estamos constipados.
Por ello suelen servirse platos especialmente especiados, a fin de despertar nuestro sentido del gusto. Y también es la razón de que el zumo de tomate tenga un sabor menos ácido que en tierra.
Si la comida de los trenes tampoco está muy buena es porque la empresa de catering que prepara los platos lo ha hecho hace muchas horas; y en el caso de los aviones, ha tenido que pasar por condiciones extremas de temperatura y humedad.
Además de la sequedad en la boca y las fosas nasales, hay otros que proponen que el mal sabor de la comida tiene que ver con el oído. Un estudio realizado por la Universidad de Manchester concluyó que los comensales reconocen peor los sabores dulces y salados cuando están sometidos a un cierto nivel de ruido blanco.
Fantástica infografía de las marcas en el mundo
En este link puede ver la imagen aumentada: http://i.imgur.com/k0pv0.jpg
miércoles, 25 de abril de 2012
"No significas nada para mí..."
Consumers to brands: “You mean nothing to me”
A recent survey found that consumers feel 70% of the brands in their lives could disappear without them caring.
There’s something slightly self-serving about the MPG/Havas Media’s ‘Meaningful Brands Survey’ since it seems to be designed to support an existing business position. But the numbers are impressive—14 countries, 300 brands, 50,000 consumers via online panels—and so is the fact that, for the second year running, they found that customers wouldn’t care if 70% of brands disappeared. The rest of the data seem to be in line with this: 85% of consumers worldwide expect companies to become actively involved in solving social and environmental issues, but only 28% think that companies are working hard to solve the big social and environmental challenges. Similarly, 72% of consumers trust companies more if they produce responsible goods, but only 20% trust companies when they communicate about their social/environmental commitments and initiatives.
In other words, there’s a big gap between the talk and the walk—and one which opens up positioning opportunities for brands who think they can walk it as well as talk it. Indeed, we talked about the way companies can use sustainability and environmental issues to disrupt markets in our recent Future Perspective, How to Sustain Sustainability. But there’s a bigger risk here for brands: as the media world which maintained them in the second half of the 20th century crumbles into social media, they will need clear and positive values as well as advertising dollars to connect with their customers.
Fuente: http://trendandtonic.thefuturescompany.com/consumers-to-brands-you-mean-nothing-to-me/
A recent survey found that consumers feel 70% of the brands in their lives could disappear without them caring.
There’s something slightly self-serving about the MPG/Havas Media’s ‘Meaningful Brands Survey’ since it seems to be designed to support an existing business position. But the numbers are impressive—14 countries, 300 brands, 50,000 consumers via online panels—and so is the fact that, for the second year running, they found that customers wouldn’t care if 70% of brands disappeared. The rest of the data seem to be in line with this: 85% of consumers worldwide expect companies to become actively involved in solving social and environmental issues, but only 28% think that companies are working hard to solve the big social and environmental challenges. Similarly, 72% of consumers trust companies more if they produce responsible goods, but only 20% trust companies when they communicate about their social/environmental commitments and initiatives.
In other words, there’s a big gap between the talk and the walk—and one which opens up positioning opportunities for brands who think they can walk it as well as talk it. Indeed, we talked about the way companies can use sustainability and environmental issues to disrupt markets in our recent Future Perspective, How to Sustain Sustainability. But there’s a bigger risk here for brands: as the media world which maintained them in the second half of the 20th century crumbles into social media, they will need clear and positive values as well as advertising dollars to connect with their customers.
Fuente: http://trendandtonic.thefuturescompany.com/consumers-to-brands-you-mean-nothing-to-me/
Los clientes ahora son más exigentes y demandan atención personalizada en tiempo real
Los consumidores o clientes de empresas que se comunican con
ellos a través de las redes sociales son más leales y consumen hasta un 40% más
que el resto de los consumidores
Las compañías que han sido activas en las redes sociales y han
apostado por ellas desde el principio están obteniendo resultados que ya se
pueden cuantificar. Así se desprende de los datos del informe “Putting
social media to work” sobre el valor de las redes sociales para empresas e
instituciones, desarrollado por Bain & Company, una de las
principales empresas de consultoría estratégica del mundo.
Entre otras conclusiones, el informe también señala que los consumidores
o clientes de empresas que se comunican con ellos a través de las redes
sociales son más leales y consumen hasta un 40% más que el resto de los
consumidores en productos o servicios de esas compañías.
A pesar de la proliferación de páginas corporativas en Facebook y
perfiles en Twitter en los últimos años, la gran mayoría de las empresas aún
continúan manteniéndose al margen. Además, otros datos también ponen de
manifiesto que la distancia entre las empresas pioneras en las redes sociales y
aquellas que todavía “están esperando” se ha incrementado.
El informe generado a partir de los datos de una encuesta desarrollada
entre consumidores usuarios de las redes sociales, identifica también las
claves de la presencia en redes sociales para empresas e instituciones. En este
sentido, los datos reflejan que los
clientes ahora son más exigentes y demandan atención personalizada en tiempo
real y respuestas rápidas a sus preguntas o comentarios on-line.
Además, difunden sus opiniones y confían en las recomendaciones o comentarios
de sus amigos o contactos en la red sobre productos o empresas. Sólo en EEUU,
más de un 60% de las personas que usan Internet interactúa en las redes
sociales todos los días.
Según el estudio, la mayoría de las empresas mantienen sus perfiles o
páginas pero son sus equipos de marketing o atención al cliente los que
implementan programas o acciones muchas veces de forma descoordinada, ya que
son diferentes unidades de negocio, marcas o centros geográficos los que llevan
a cabo sus propios experimentos en las redes sociales.
Sin embargo, las compañías líderes en este ámbito, que invierten más,
implementan estrategias para las redes sociales integradas y cuyos objetivos
están ligados a los objetivos estratégicos del negocio. Según Bain & Company, las compañías que
quieran tener éxito con su estrategia en las redes sociales deben seguir un
sistema basado en cinco principios básicos:
·
Vincular los esfuerzos en las redes sociales a objetivos empresariales
concretos
·
Centrar y adaptar las acciones en las redes sociales para captar a los
clientes clave
·
Diseñar una organización específica para coordinar las acciones en las
redes sociales y obtener resultados
·
Monitorizar los resultados
·
Ser flexible y saber adaptarse, aún estamos en las primeras fases
Fuente: puromarketing.com
lunes, 23 de abril de 2012
Teoría de decisión Bayesiana
¿Qué es la Teoría de decisión Bayesiana? Es el análisis de las principales alternativas posible: diferenciar aquellas circunstancias que pueden producir un resultado distinto, evaluar las posibilidades de que se den esas distintas circunstancias, analizar las ventajas de que se produzcan distintos resultados, calcular el valor esperado para cada decisión y elegir la decisión con el valor más elevado.
Tomado del diccionario de puromarketing.com
En cinco años se duplicó el número de usuarios de Internet en América Latina
De acuerdo a un reporte de Pingdom.com—con datos de Internet World Stats— el número de usuarios de Internet en todo el mundo llegó a 2,27 mil millones este año. Es decir, el doble de lo que era hace 5 años (en ese entonces la cifra era 1,15 millones de internautas). En América Latina el panorama es similar, pero vamos por partes.
El informe señala que mientras la red crece, también aumenta el potencial de los servicios en línea. Un ejemplo es la evolución de Facebook.
DE DÓNDE SON LOS NUEVOS USUARIOS
El gráfico señala que la población de Internet en Asia es ahora casi tan grande como toda la Internet hace 5 años.
En cuanto a América Latina (América del Sur y Central) se indica que ha pasado de 110 a 236 millones de usuarios.
Tomado de : www.clasesdeperiodismo.com
viernes, 20 de abril de 2012
Pensando en los elefantes
Despedimos esta semana con un pequeño homenaje a los elefantes, recuperando esta frase de Charles Darwin: "Se dice que el elefante indio llora a veces."
¡Más realidad aumentada!
Según su CEO Oakley trabaja en gafas de realidad aumentada
La realidad aumentada es una de las tecnologías de moda y las gafas son el 'hardware' que podría ser su auténtico trampolín. Así lo piensan algunos de los principales desarrolladores de tecnología y parece que los fabricantes de gafas no quieren quedarse descolgados.
La realidad aumentada es una tecnología que añade información a nuestra forma de ver el mundo. De momento se ha desarrollado principalmente en terminales móviles provistos de una cámara y aunque se han logrado avances realmente interesantes, el desarrollo de 'hardware' más adecuado es determinante.
Google confía en que las gafas son la clave para ofrecer una experiencia de realidad aumentada más real, más asequible. Por eso presentaron hace algunos días un prototipo de cómo veremos el mundo, aumentado, gracias a unas gafas que ofrecerán información directamente al ojo del usuario con un procesador y un sistema operativo similares a los de un 'smartphone'.
Por su parte, la compañía de videojuegos Valve adelantó hace poco que también está investigando en esta dirección. No resulta extraño, pues el de los videojuegos ha sido otro sector que ha experimentado mucho con la realidad aumentada y, de hecho, ha ofrecido los primeros productos realmente potables.
Ahora, el fabricante de gafas Oakley quiere entrar en este terreno. Al fin y al cabo, Google y Valve están entrando en su jardín de una forma sutil que podría ser determinante. ¿Por qué no comprar unas gafas de sol a Google si solo cuestan prácticamente lo mismo que unas Oakley y además amplían nuestra visión del mundo gracias a la realidad aumentada?
El CEO de Oakley Colin Baden ha avanzado en una entrevista a Bloomberg que su compañía trabaja desde hace tiempo en esta tecnología, concretamente desde 1997. "Al final, todo pasa a través de los ojos, y cuanto más cerca podamos ofrecer algo de los ojos, más rápido se va adaptar el consumidor a la plataforma", ha opinado.
En un primer momento, la marca de gafas quiere apuntar a los deportistas, ha dicho Baden. "Obviamente, puedes plantearte muchas aplicaciones en el competitivo campo de los deportes", ha señalado, "por aquí es por donde vamos a empezar, pero ciertamente es posible entrar en una gran variedad de aplicaciones".
Enlaces relacionados:
- Web de Bloomberg (http://www.bloomberg.com/news/2012-04-17/oakley-tests-technology-that-would-rival-google-s-project-glass.html).
Tomado de: http://www.europapress.es/portaltic/movilidad/tecnologia/noticia-oakley-trabaja-gafas-realidad-aumentada-20120418131049.html
miércoles, 18 de abril de 2012
Países emergentes gastarán más de 900 mil millones de euros en Tecnologías de la Información
China, Brasil, Rusia, India y México moverán
durante este año un 17% del mercado global, valorado en 493.000 millones de
euros.
Según un estudio de la consultora Gartner, los países emergentes cuentan con los
mercados de Tecnologías de la Información (TI) más dinámicos, siendo los que más
crezcan en el transcurso de 2012. Sólo durante este año, dichos mercados
gastarán más de 1,22 billones de dólares (unos 910.000 millones de euros) en
dichas tecnologías, copando un 31% del mercado global.
El mismo informe contempla que los países en desarrollo de la región Asia-Pacífico, América Latina, Oriente Medio, África y Europa Central y Oriental liderarán el crecimiento de dicho mercado, en contraste con el menor repunte de los enclaves más maduros -dado el alto nivel de incertidumbre económica y financiera que atraviesan-.
A la cabeza de ese crecimiento se encuentran los países emergentes de Asia Pacífico, que este año se gastarán cerca de medio billón de dólares (381.665 millones de euros) en TICs, seguidos de Latinoamérica (326.000 millones de dólares, 248.845 millones de euros) y el continente africano (244.000 millones de dólares, 186.252 millones de euros).
Entre los emergentes, el consumo esperado en China, Rusia, India, Brasil y México es el más importante. Sólo en esos cinco países, el gasto proyectado ascenderá a 658.000 millones de dólares (493.000 millones de euros), lo que supone más del 50% del consumo en las naciones en vías de desarrollo y un 17% del consumo mundial.
El mismo informe contempla que los países en desarrollo de la región Asia-Pacífico, América Latina, Oriente Medio, África y Europa Central y Oriental liderarán el crecimiento de dicho mercado, en contraste con el menor repunte de los enclaves más maduros -dado el alto nivel de incertidumbre económica y financiera que atraviesan-.
A la cabeza de ese crecimiento se encuentran los países emergentes de Asia Pacífico, que este año se gastarán cerca de medio billón de dólares (381.665 millones de euros) en TICs, seguidos de Latinoamérica (326.000 millones de dólares, 248.845 millones de euros) y el continente africano (244.000 millones de dólares, 186.252 millones de euros).
Entre los emergentes, el consumo esperado en China, Rusia, India, Brasil y México es el más importante. Sólo en esos cinco países, el gasto proyectado ascenderá a 658.000 millones de dólares (493.000 millones de euros), lo que supone más del 50% del consumo en las naciones en vías de desarrollo y un 17% del consumo mundial.
martes, 17 de abril de 2012
Encuesta sobre imagen corporal y Facebook
Encuesta pública realizada por The Center for Eating Disorders at Sheppard Pratt revela que Facebook afecta la autoestima y la percepción de la Imagen Corporal
"El 75% de los usuarios de Facebook está disconforme con su cuerpo y el 51% de los encuestados señaló que Facebook hace que estén más pendientes de su cuerpo y peso"
BALTIMORE, Md., 29 de marzo de 2012 /PRNewswire/ -- -- “Me veo tan gorda en esa foto, elimina mi nombre”, “¡Luces tan delgada, yo nunca podría calzarme esos pantalones!” “¿Has visto cuánto aumentó de peso Greg?” “Comí demasiado ayer, tengo que empezar la dieta”, “Acabo de correr 10 millas” “Tengo que ir al gimnasio”, “¡No parece que hubieras tenido un bebé!”... La obsesión por el cuerpo y el peso estaría alcanzando nuevos niveles en nuestra sociedad, y parece que Facebook está incentivando esa tendencia. La institución The Center for Eating Disorders at Sheppard Pratt examinó las conductas en Facebook y encargó una encuesta pública para estudiar de qué manera los medios sociales afectan la imagen corporal y hacen que las personas presten mucha más atención al tamaño del cuerpo. Dado que 51% de los encuestados informó que cuando mira fotos de ellos mismos y otras personas en Facebook toma mayor conciencia de su cuerpo y peso, The Center for Eating Disorders at Sheppard Pratt incentiva a los usuarios a estar atentos a la forma en que usan Facebook y a que conozcan el rol que la red tendría en la creación de imágenes corporales negativas y la promoción de trastornos alimentarios.FUENTE The Center for Eating Disorders at Sheppard Pratt
Un científico del siglo XVIII mejora nuestra calidad de vida
Gracias al Reverendo Thomas Bayes (1702 – 1761) nuestra vida es mejor. La investigación de este notable estadístico del siglo XVIII ha servido para desarrollar sistemas de detección de spam y es utilizado, por ejemplo, en aplicaciones para las agencias reguladoras de medicamentos, como la famosa FDA.
sábado, 14 de abril de 2012
¿Para qué sirven las estadísticas?
Fragmento tomado de El Independent, por Juan Carlos de Pablo, Revista Fortuna
¿Para qué sirve que una vez por mes sepamos cuánto se modificaron los precios, que una vez por trimestre conozcamos qué le ...pasó al empleo y al desempleo, y que una vez cada 10 años sepamos cuántos habitantes somos? Después de todo, la humanidad vivió buena parte de su existencia sin estadísticas y aún hoy probablemente la inmensa mayoría de la población mundial viva sin consultarlas.
Las estadísticas sirven para 2 cosas: determinan directamente ciertas decisiones y ayudan a realizar diagnósticos.
Las estadísticas determinan directamente decisiones cuando el número de los diputados que integran la respectiva Cámara en el Congreso Nacional es proporcional al número de habitantes de cada provincia, y este dato surge de los censos; y también determinan directamente decisiones cuando la estimación oficial de la variación de los precios se utiliza para indexar (en castellano, indizar) el valor de los títulos públicos, alquileres u otro tipo de contratos. En el plano internacional, las estadísticas sobre déficit fiscal y PBI de los diferentes países europeos servían para determinar qué países cumplían, y cuáles no, el Tratado de Maastricht.
Sin desmerecer el anterior, el uso de las estadísticas que destaco en estas líneas es el otro, el de herramienta para realizar diagnósticos. En este sentido las estadísticas sirven para complementar la visión que surge de la experiencia individual y la que se desprende de la interacción directa. No necesito consultar las estadísticas para saber si estoy ocupado o desocupado, si me cuesta más o menos que antes peluquearme o comer tostadas, o si estoy pronunciando más o menos conferencias que el año pasado. Pero necesito estadísticas para saber si lo que a mí me pasa sólo me ocurre a mí o también le pasa a los demás.
Desde el punto de vista del diagnóstico causal no es lo mismo que yo deje de dictar conferencias mientras mis colegas lo siguen haciendo, a que yo deje de dictar conferencias y a mis colegas les ocurra exactamente lo mismo. Si yo dicto menos conferencias pero mis colegas más, algo está ocurriendo conmigo, porque se está produciendo una sustitución; mientras que si yo dicto menos conferencias y a mis colegas les ocurre lo mismo, algo está ocurriendo con "el país", o al menos con la demanda de conferencias en general.
Por eso se puede vivir sin estadísticas, como también se puede vivir sin e-mail, sin cerveza o sin poder ver a la Pantera Rosa. Pero se vive más y mejor pudiendo acceder a cada uno de los bienes mencionados.
¿Para qué sirve que una vez por mes sepamos cuánto se modificaron los precios, que una vez por trimestre conozcamos qué le ...pasó al empleo y al desempleo, y que una vez cada 10 años sepamos cuántos habitantes somos? Después de todo, la humanidad vivió buena parte de su existencia sin estadísticas y aún hoy probablemente la inmensa mayoría de la población mundial viva sin consultarlas.
Las estadísticas sirven para 2 cosas: determinan directamente ciertas decisiones y ayudan a realizar diagnósticos.
Las estadísticas determinan directamente decisiones cuando el número de los diputados que integran la respectiva Cámara en el Congreso Nacional es proporcional al número de habitantes de cada provincia, y este dato surge de los censos; y también determinan directamente decisiones cuando la estimación oficial de la variación de los precios se utiliza para indexar (en castellano, indizar) el valor de los títulos públicos, alquileres u otro tipo de contratos. En el plano internacional, las estadísticas sobre déficit fiscal y PBI de los diferentes países europeos servían para determinar qué países cumplían, y cuáles no, el Tratado de Maastricht.
Sin desmerecer el anterior, el uso de las estadísticas que destaco en estas líneas es el otro, el de herramienta para realizar diagnósticos. En este sentido las estadísticas sirven para complementar la visión que surge de la experiencia individual y la que se desprende de la interacción directa. No necesito consultar las estadísticas para saber si estoy ocupado o desocupado, si me cuesta más o menos que antes peluquearme o comer tostadas, o si estoy pronunciando más o menos conferencias que el año pasado. Pero necesito estadísticas para saber si lo que a mí me pasa sólo me ocurre a mí o también le pasa a los demás.
Desde el punto de vista del diagnóstico causal no es lo mismo que yo deje de dictar conferencias mientras mis colegas lo siguen haciendo, a que yo deje de dictar conferencias y a mis colegas les ocurra exactamente lo mismo. Si yo dicto menos conferencias pero mis colegas más, algo está ocurriendo conmigo, porque se está produciendo una sustitución; mientras que si yo dicto menos conferencias y a mis colegas les ocurre lo mismo, algo está ocurriendo con "el país", o al menos con la demanda de conferencias en general.
Por eso se puede vivir sin estadísticas, como también se puede vivir sin e-mail, sin cerveza o sin poder ver a la Pantera Rosa. Pero se vive más y mejor pudiendo acceder a cada uno de los bienes mencionados.
miércoles, 11 de abril de 2012
lunes, 9 de abril de 2012
Más realidad, más ciencia ficción
La estructura del cerebro es matemáticamente rara e inusual
La neurociencia consigue desentrañar la complejidad de las conexiones nerviosas. Nuevas imágenes por resonancia magnética (IRM) muestran su estructura tridimensional con forma de rejilla, lo que permite la organización en múltiples escalas.
“La estructura del cerebro es matemáticamente rara e inusual. El cableado neuronal es una metáfora que nos dirige a la creación y a la evolución del cerebro”.
SINC - “Hace más de un siglo que intentamos explicar la anatomía de las conexiones cerebrales”, explica a SINC por teléfono el autor de este hallazgo, Van J. Wedeen, de la Harvard Medical School (EE UU).
Wedeen publica esta semana en Science la forma en que las neuronas se abren paso por el cerebro. “Se trata de un patrón de cruce precioso, es como una tela de oro en tres dimensiones”, declara emocionado.
Este mapa cerebral se ha ‘dibujado’ gracias a la resonancia magnética (IRM). Las imágenes obtenidas ‘rastrean’ las células nerviosas de la materia gris, que se enredan en las fibras y los cables de la materia blanca.
El científico explica que, si en su recorrido las neuronas fueran transeúntes de una gran ciudad como Nueva York, las avenidas y las calles de Manhattan necesitarían los ascensores para construir la tercera dimensión del distrito de la gran manzana.
“Lo más importante de los recorridos era determinar dónde empieza y dónde acaba cada ruta, como si quisiéramos saber la función de cada cable en un mecanismo eléctrico”, aclara Wedeen.
Los resultados ofrecen un nuevo marco de trabajo, porque a partir de ahora los investigadores podrán utilizar este sistema de coordenadas para identificar las diferencias entre los cerebros sanos y enfermos.
Liarse cada vez más
La adyacencia y el cruce de las conexiones neuronales forman una tela muy curvada, que tiene su origen en los ejes principales del desarrollo embrionario.
Estos vínculos se ven de forma muy clara en la fase germinal, pero la maduración del individuo los complica y enreda a nivel exponencial.
A diferencia del corazón, donde también hay estructuras cruzadas, “la estructura del cerebro es matemáticamente rara e inusual”, dice Wedeen. “El cableado neuronal”, añade, “es una metáfora que nos dirige a la creación y a la evolución del cerebro”.
“La estructura del cerebro es matemáticamente rara e inusual”
Paso a paso
La investigación se ha hecho en cuatro especies de primates y en humanos. Su comparación pone de manifiesto que todos comparten el mismo patrón de cableado, aunque con diferentes grados de complejidad cerebral.
Los científicos especulan que la naturaleza podría haber modificado la estructura de rejilla durante años de evolución.
Los diferentes estadios de desarrollo, según Wedeen, explican como “la evolución tiene que hacerse paso a paso para mejorar la especie”. Aún así, los patrones de conectividad todavía tienen que establecerse.
Referencia bibliográfica:
Wedeen, V.J.; Rosene, D.L.; Wang, R.; Dai, G.; Mortazavi, F.; Hagmann, P.; Kaas, J.H.; Tseng, W-Y. I. “The geometric structure of the brain pathways”. Science (335): 1628-1634, 30 de marzo de 2012. DOI: 10.1126/science.1215280
jueves, 5 de abril de 2012
Ciencia y conciencia
La ciencia como calamidad. Un ensayo sobre el analfabetismo
científico y sus efectos, por Marcelino Cereijido
“Vivimos en el seno de una sociedad que depende en forma profunda de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada acerca de estas materias. Esto constituye una fórmula segura de desastre.” Carl Sagan
Un organismo sólo puede sobrevivir si es capaz de interpretar eficazmente la realidad que habita. Si un mosquito no interpretara que esto es una estatua de la Venus de Milo y no una señorita de verdad, sería demasiado estúpido para ser mosquito y se extinguiría. Biológicamente hablando carece de importancia que esa interpretación sea inconsciente, pues desde los inicios de la vida en el planeta hace unos 4.000 millones de años, su evolución, su enorme diversificación en millones de especies animales y vegetales, su manera de funcionar, han sido fenómenos exclusivamente inconscientes. La conciencia comenzó a aparecer hace apenas unos 40 a 60 mil años, es decir, “nada” en escala biológica y, a lo sumo, influyó en la evolución de unas pocas especies, notablemente la del Homo sapiens.
Tampoco podemos pensar que la conciencia apareció un buen día cuando un homínido de la Edad de Piedra despertó de su siesta con la buena nueva de que estaba entendiendo que entendía. Por decenas de miles de años un homínido fue muy parecido a lo que hoy llamaríamos un autista, con emisiones de sonidos elementales reducidas a alarmas y avisos inevitables sobre situaciones concretas; nada de sutilezas intelectuales.
Es probable que la conciencia haya comenzado a surgir junto con la capacidad de captar duraciones, y percatarse de que hay ciertas situaciones (por ejemplo, está nublado) que van seguidas de ciertas otras (por ejemplo, llueve) o, al revés, ve llover y recuerda que fue precedida por un nublado. Se establece así una cadena causal, que implica cierta flecha temporal de causa (nublado) a efecto (lluvia). Ambas propiedades otorgan una ventaja decisiva al organismo que las posee, pues la acumulación y luego el ensamble de cadenas causales le permitirán hacer modelos mentales de la realidad que, además, son dinámicos (en función del tiempo): los organismos no captan solamente cómo es una situación, sino cómo se produjo, cómo va cambiando, cómo se concatenan causas y efectos para generar un futuro.
Si el largo de la flecha temporal (la cantidad de futuro abarcado) ayudaba a hacer modelos dinámicos de la realidad, por toscos que fueran, y éstos ayudaban a sobrevivir, se ha desencadenado una competencia por quién tenía un sentido temporal más largo y quién era capaz de generar mejores modelos mentales de la realidad que le permitiera evaluar más alternativas. Quizás esto quede más claro imaginando un ajedrecista principiante que a cada paso se pregunta ¿qué puedo mover? (su “futuro” es una jugada), jugando contra un gran maestro que puede adoptar estrategias que contemplan de antemano miles de jugadas posibles. Si las situaciones eran de bonanza sobrevivían todos, pero en períodos peliagudos aquellos individuos con modelos mentales más chapuceros, cedían su lugar al competidor más versátil y creativo, capaz de imaginar mejores alternativas.
Pero esto de ninguna manera implica que el interpretar la realidad conscientemente, con ser la cualidad más reciente, superara –ni siquiera hoy– a las interpretaciones inconscientes, pues éstas siguen ahí, a cargo de nuestro funcionamiento vital. Cuando nuestro organismo interpreta que tenemos demasiada agua, dispone de mecanismos para hacernos orinar más, si por el contrario capta que tenemos poca hará que se nos despierte la sed; y así cuidará de nuestra nutrición, presión arterial, temperatura, contenido de sodio, potasio, la acidez de nuestra sangre, reparación de nuestras heridas, defensa contra microorganismos, etcétera. Para darnos una idea de la habilidad y finura de las interpretaciones inconscientes contra las conscientes, basta recordar que un alacrán en la playa es capaz de captar la vibración del piso que produce una mosca caminando a un metro; una mariposa macho es capaz de olfatear a la hembra a varios kilómetros de distancia.
Por último, podemos recordar que Humphrey Davy pasó a la historia porque en 1808 descubrió el calcio, pero un bebé de dos años al que comience a faltarle dicho elemento, no solamente detectará correctamente la carencia, sino que recurrirá a comer revoque de las paredes –que contiene calcio– y evitará enfermarse. La ciencia de hoy en día tiene anotado en el registro de sus glorias cómo hizo Davy para demostrar que existe en la realidad un elemento llamado calcio, pero todavía no tiene la más remota idea de cómo hace el bebé.
Por supuesto, ya en posesión de una conciencia, el ser humano empezó a utilizarla para interpretar conscientemente la realidad. En un primer momento se habrá percatado que podía atrapar una piedra
porque esta no se puede mover per se, pero no una rana porque ésta tiene motu proprio y escapa. Su primera taxonomía habrá sido entonces que hay cosas que tienen ánima y cosas que no, y llamó a las primeras “animales”. Después de estos modelos animistas, un impresionante salto intelectual le permitió ordenar mejor sus modelos mentales e imaginó que todo lo marítimo estaba a cargo de dioses como Poseidón, el cielo estaba regido por Urano, la agricultura por Ceres. Fue la hora de los modelos mentales politeístas. La evolución de la mente le permitió luego hacer otro salto formidable en su capacidad de generar modelos mentales de la realidad: pasó de los politeísmos a los monoteísmos. A decir verdad, no se trató de un salto, sino de un lento y penoso proceso evolutivo que tomó generaciones. Si una deidad del panteón politeísta prefiere una cosa y otra deidad tiene preferencias distintas, no surge contradicción alguna, pero el dios único del monoteísmo no puede tener incoherencias. A mí me deleitan los helados de chocolate y, en cambio, a mi amigo le desagradan; pero una misma persona no puede decir “me encantan los helados de chocolate; los detesto”. Por eso el paso a los monoteísmos requirió que el ser humano inventara nada menos que la coherencia de Dios. La coherencia de los monoteísmos fue un elemento esencial, que posibilitó luego el desarrollo de los modelos científicos, donde los conocimientos no están simplemente amontonados, sino sistematizados de modo que no entren en conflicto entre sí, y uno pueda recombinarlos en la mente, formando cadenas causales y predecir cosas que luego saldrá a buscar si existen realmente en la realidad, es decir, uno ya no investiga exclusivamente en la realidad-de-ahí-afuera, sino que empieza a hacerlo en su propia cabeza.
Evolutivamente hablando, que una especie sea seleccionada por alguna cualidad, implica que adaptará por selección natural todo su organismo para que esa cualidad se cumpla con la mayor eficacia posible y desarrolle adaptaciones complementarias. Entre ellas la de ser creyente. Esta capacidad brinda una ventaja descomunal, pues transforma a todos los Homo sapiens, de todas las generaciones, en un colosal embudo cognitivo que vierte lo aprendido por cada Homo sapiens individual. Yo, por ejemplo, no conocí a Amenofis IV, ni a Nerón, ni estuve en la Revolución francesa, ni en la Primera Guerra Mundial, pero en virtud de mi credulidad, los fui incorporando a mi patrimonio cognitivo gracias a la crianza y a la educación. Tampoco inventé el castellano, pero “se lo creí a mis padres”. Me habrán tocado la nariz, me indujeron a llamarla “nariz”, y gracias a eso pude luego conversar con mi vecinito de enfrente.
Esto nos permite entender ahora otro proceso realmente apabullante que lleva a cabo la mente humana. Si conocer iba transformándose en la herramienta fundamental y en el arma para la lucha por la vida, la ignorancia hacía sentir al Homo sapiens impotente e inseguro, lo angustiaba. Esa continua selección de seres humanos con flechas temporales cada vez más largas, que abarcaban futuros más y más remotos, llevó a generar Homo sapiens que cayeron en la cuenta de que había un futuro en el que habrían de morir. La muerte constituyó la mayor de las angustias, pues nadie había regresado de la muerte para explicarles qué les habría de suceder cuando murieran. Pero aquí salió a relucir la capacidad de ser creyentes, y ahí estaban los sacerdotes que les aseguraban a los angustiados que el mundo lo gobernaba Dios y que ellos conocían conductas, ritos, ofrendas y maneras de poner a Dios de nuestra parte… siempre y cuando uno los cumpliera religiosamente.
La evolución de la manera de hacer modelos de la realidad siguió adelante y, después de 40 a 50 mil años, comenzó a generar nuevos modelos mentales para interpretar la realidad, esta vez laicos, es decir, que prescinden de las deidades. Así fue como se generó una nueva manera de interpretar la realidad: la ciencia moderna que, como veremos a su tiempo, consiste en interpretarla sin apelar a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad, por el cual algo es verdad o mentira dependiendo de quién lo diga (la Biblia, el papa, el rey, el padre).
La ciencia moderna es una máquina voraz que se alimenta de ignorancia y la transforma en conocimiento, proveyendo no solamente un cuerpo convincente de interpretaciones de objetos y fenómenos presentes, sino también del futuro (predice) y del pasado (posdice). La ciencia moderna constituye un modelo tan avanzado, que incluye hasta un mecanismo de autocorrección con el que va automejorándose, porque donde quiera que encuentre que las suposiciones y predicciones de su modelo mental discrepan con la realidad, emprende estudios específicos para ver si logra resolver la incongruencia. Por eso la ciencia no acepta dogmas, es decir, conceptos fijos, inamovibles, que no puedan ser modificados ni siquiera para mejorar el modelo interpretativo.
Hoy la ciencia ya no es sólo un atributo ventajoso de nuestra especie, sino que se ha constituido en un elemento tan indispensable de la supervivencia, como lo era para el mosquito interpretar que la Venus de mármol no tiene sangre y la bañista de carne y hueso sí la tiene. No era así hace dos millones de años dado que, si por alguna razón los homínidos no hubieran transitado la serie de pasos evolutivos que los condujeron hasta nosotros, tales como el sorprendente crecimiento del cerebro, lenguaje, curiosidad, creatividad, perfeccionamiento de herramientas, bien habrían podido de todos modos adaptarse y sobrevivir con los elementos y características que ya poseían. De hecho hay antropoides como los chimpancés, surgidos en épocas más recientes, es decir, son especies más modernas que el Homo sapiens, que no tomaron por un camino evolutivo comparable al nuestro, y ahí viven de lo más campantes, salvo que los sigamos extinguiendo nosotros. En cambio, si la ciencia desapareciera hoy, nosotros, los descendientes de aquellas criaturas primitivas que no habían necesitado ciencia moderna, podríamos perecer, porque ahora sí nos es indispensable. En nuestros días somos demasiado numerosos como para poder sobrevivir en las naciones modernas sin energía, abrigo, alimentos, medicina y tecnología derivados de la ciencia. el hombre de la Edad de Piedra apenas vivía de 20 a 25 años, en cambio nuestras expectativas de vida hoy andan por los 80. De modo que la mayoría de nosotros somos demasiado viejos como para poder pasarla sin cirugía abdominal, fármacos, prótesis, antibióticos, marcapasos y toda la organización social que resultó de la ciencia. Hoy, una urbe como Manhattan contiene más seres humanos que los que hubo en la Edad de Piedra en toda la Tierra. Si tocáramos el planeta con una varita mágica que hiciera desaparecer la ciencia y todo lo producido por la ciencia y la tecnología, en pocos días moriría por lo menos un 80% de la humanidad.
Tomado de: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=64898
“Vivimos en el seno de una sociedad que depende en forma profunda de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada acerca de estas materias. Esto constituye una fórmula segura de desastre.” Carl Sagan
Un organismo sólo puede sobrevivir si es capaz de interpretar eficazmente la realidad que habita. Si un mosquito no interpretara que esto es una estatua de la Venus de Milo y no una señorita de verdad, sería demasiado estúpido para ser mosquito y se extinguiría. Biológicamente hablando carece de importancia que esa interpretación sea inconsciente, pues desde los inicios de la vida en el planeta hace unos 4.000 millones de años, su evolución, su enorme diversificación en millones de especies animales y vegetales, su manera de funcionar, han sido fenómenos exclusivamente inconscientes. La conciencia comenzó a aparecer hace apenas unos 40 a 60 mil años, es decir, “nada” en escala biológica y, a lo sumo, influyó en la evolución de unas pocas especies, notablemente la del Homo sapiens.
Tampoco podemos pensar que la conciencia apareció un buen día cuando un homínido de la Edad de Piedra despertó de su siesta con la buena nueva de que estaba entendiendo que entendía. Por decenas de miles de años un homínido fue muy parecido a lo que hoy llamaríamos un autista, con emisiones de sonidos elementales reducidas a alarmas y avisos inevitables sobre situaciones concretas; nada de sutilezas intelectuales.
Es probable que la conciencia haya comenzado a surgir junto con la capacidad de captar duraciones, y percatarse de que hay ciertas situaciones (por ejemplo, está nublado) que van seguidas de ciertas otras (por ejemplo, llueve) o, al revés, ve llover y recuerda que fue precedida por un nublado. Se establece así una cadena causal, que implica cierta flecha temporal de causa (nublado) a efecto (lluvia). Ambas propiedades otorgan una ventaja decisiva al organismo que las posee, pues la acumulación y luego el ensamble de cadenas causales le permitirán hacer modelos mentales de la realidad que, además, son dinámicos (en función del tiempo): los organismos no captan solamente cómo es una situación, sino cómo se produjo, cómo va cambiando, cómo se concatenan causas y efectos para generar un futuro.
Si el largo de la flecha temporal (la cantidad de futuro abarcado) ayudaba a hacer modelos dinámicos de la realidad, por toscos que fueran, y éstos ayudaban a sobrevivir, se ha desencadenado una competencia por quién tenía un sentido temporal más largo y quién era capaz de generar mejores modelos mentales de la realidad que le permitiera evaluar más alternativas. Quizás esto quede más claro imaginando un ajedrecista principiante que a cada paso se pregunta ¿qué puedo mover? (su “futuro” es una jugada), jugando contra un gran maestro que puede adoptar estrategias que contemplan de antemano miles de jugadas posibles. Si las situaciones eran de bonanza sobrevivían todos, pero en períodos peliagudos aquellos individuos con modelos mentales más chapuceros, cedían su lugar al competidor más versátil y creativo, capaz de imaginar mejores alternativas.
Pero esto de ninguna manera implica que el interpretar la realidad conscientemente, con ser la cualidad más reciente, superara –ni siquiera hoy– a las interpretaciones inconscientes, pues éstas siguen ahí, a cargo de nuestro funcionamiento vital. Cuando nuestro organismo interpreta que tenemos demasiada agua, dispone de mecanismos para hacernos orinar más, si por el contrario capta que tenemos poca hará que se nos despierte la sed; y así cuidará de nuestra nutrición, presión arterial, temperatura, contenido de sodio, potasio, la acidez de nuestra sangre, reparación de nuestras heridas, defensa contra microorganismos, etcétera. Para darnos una idea de la habilidad y finura de las interpretaciones inconscientes contra las conscientes, basta recordar que un alacrán en la playa es capaz de captar la vibración del piso que produce una mosca caminando a un metro; una mariposa macho es capaz de olfatear a la hembra a varios kilómetros de distancia.
Por último, podemos recordar que Humphrey Davy pasó a la historia porque en 1808 descubrió el calcio, pero un bebé de dos años al que comience a faltarle dicho elemento, no solamente detectará correctamente la carencia, sino que recurrirá a comer revoque de las paredes –que contiene calcio– y evitará enfermarse. La ciencia de hoy en día tiene anotado en el registro de sus glorias cómo hizo Davy para demostrar que existe en la realidad un elemento llamado calcio, pero todavía no tiene la más remota idea de cómo hace el bebé.
Por supuesto, ya en posesión de una conciencia, el ser humano empezó a utilizarla para interpretar conscientemente la realidad. En un primer momento se habrá percatado que podía atrapar una piedra
porque esta no se puede mover per se, pero no una rana porque ésta tiene motu proprio y escapa. Su primera taxonomía habrá sido entonces que hay cosas que tienen ánima y cosas que no, y llamó a las primeras “animales”. Después de estos modelos animistas, un impresionante salto intelectual le permitió ordenar mejor sus modelos mentales e imaginó que todo lo marítimo estaba a cargo de dioses como Poseidón, el cielo estaba regido por Urano, la agricultura por Ceres. Fue la hora de los modelos mentales politeístas. La evolución de la mente le permitió luego hacer otro salto formidable en su capacidad de generar modelos mentales de la realidad: pasó de los politeísmos a los monoteísmos. A decir verdad, no se trató de un salto, sino de un lento y penoso proceso evolutivo que tomó generaciones. Si una deidad del panteón politeísta prefiere una cosa y otra deidad tiene preferencias distintas, no surge contradicción alguna, pero el dios único del monoteísmo no puede tener incoherencias. A mí me deleitan los helados de chocolate y, en cambio, a mi amigo le desagradan; pero una misma persona no puede decir “me encantan los helados de chocolate; los detesto”. Por eso el paso a los monoteísmos requirió que el ser humano inventara nada menos que la coherencia de Dios. La coherencia de los monoteísmos fue un elemento esencial, que posibilitó luego el desarrollo de los modelos científicos, donde los conocimientos no están simplemente amontonados, sino sistematizados de modo que no entren en conflicto entre sí, y uno pueda recombinarlos en la mente, formando cadenas causales y predecir cosas que luego saldrá a buscar si existen realmente en la realidad, es decir, uno ya no investiga exclusivamente en la realidad-de-ahí-afuera, sino que empieza a hacerlo en su propia cabeza.
Evolutivamente hablando, que una especie sea seleccionada por alguna cualidad, implica que adaptará por selección natural todo su organismo para que esa cualidad se cumpla con la mayor eficacia posible y desarrolle adaptaciones complementarias. Entre ellas la de ser creyente. Esta capacidad brinda una ventaja descomunal, pues transforma a todos los Homo sapiens, de todas las generaciones, en un colosal embudo cognitivo que vierte lo aprendido por cada Homo sapiens individual. Yo, por ejemplo, no conocí a Amenofis IV, ni a Nerón, ni estuve en la Revolución francesa, ni en la Primera Guerra Mundial, pero en virtud de mi credulidad, los fui incorporando a mi patrimonio cognitivo gracias a la crianza y a la educación. Tampoco inventé el castellano, pero “se lo creí a mis padres”. Me habrán tocado la nariz, me indujeron a llamarla “nariz”, y gracias a eso pude luego conversar con mi vecinito de enfrente.
Esto nos permite entender ahora otro proceso realmente apabullante que lleva a cabo la mente humana. Si conocer iba transformándose en la herramienta fundamental y en el arma para la lucha por la vida, la ignorancia hacía sentir al Homo sapiens impotente e inseguro, lo angustiaba. Esa continua selección de seres humanos con flechas temporales cada vez más largas, que abarcaban futuros más y más remotos, llevó a generar Homo sapiens que cayeron en la cuenta de que había un futuro en el que habrían de morir. La muerte constituyó la mayor de las angustias, pues nadie había regresado de la muerte para explicarles qué les habría de suceder cuando murieran. Pero aquí salió a relucir la capacidad de ser creyentes, y ahí estaban los sacerdotes que les aseguraban a los angustiados que el mundo lo gobernaba Dios y que ellos conocían conductas, ritos, ofrendas y maneras de poner a Dios de nuestra parte… siempre y cuando uno los cumpliera religiosamente.
La evolución de la manera de hacer modelos de la realidad siguió adelante y, después de 40 a 50 mil años, comenzó a generar nuevos modelos mentales para interpretar la realidad, esta vez laicos, es decir, que prescinden de las deidades. Así fue como se generó una nueva manera de interpretar la realidad: la ciencia moderna que, como veremos a su tiempo, consiste en interpretarla sin apelar a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad, por el cual algo es verdad o mentira dependiendo de quién lo diga (la Biblia, el papa, el rey, el padre).
La ciencia moderna es una máquina voraz que se alimenta de ignorancia y la transforma en conocimiento, proveyendo no solamente un cuerpo convincente de interpretaciones de objetos y fenómenos presentes, sino también del futuro (predice) y del pasado (posdice). La ciencia moderna constituye un modelo tan avanzado, que incluye hasta un mecanismo de autocorrección con el que va automejorándose, porque donde quiera que encuentre que las suposiciones y predicciones de su modelo mental discrepan con la realidad, emprende estudios específicos para ver si logra resolver la incongruencia. Por eso la ciencia no acepta dogmas, es decir, conceptos fijos, inamovibles, que no puedan ser modificados ni siquiera para mejorar el modelo interpretativo.
Hoy la ciencia ya no es sólo un atributo ventajoso de nuestra especie, sino que se ha constituido en un elemento tan indispensable de la supervivencia, como lo era para el mosquito interpretar que la Venus de mármol no tiene sangre y la bañista de carne y hueso sí la tiene. No era así hace dos millones de años dado que, si por alguna razón los homínidos no hubieran transitado la serie de pasos evolutivos que los condujeron hasta nosotros, tales como el sorprendente crecimiento del cerebro, lenguaje, curiosidad, creatividad, perfeccionamiento de herramientas, bien habrían podido de todos modos adaptarse y sobrevivir con los elementos y características que ya poseían. De hecho hay antropoides como los chimpancés, surgidos en épocas más recientes, es decir, son especies más modernas que el Homo sapiens, que no tomaron por un camino evolutivo comparable al nuestro, y ahí viven de lo más campantes, salvo que los sigamos extinguiendo nosotros. En cambio, si la ciencia desapareciera hoy, nosotros, los descendientes de aquellas criaturas primitivas que no habían necesitado ciencia moderna, podríamos perecer, porque ahora sí nos es indispensable. En nuestros días somos demasiado numerosos como para poder sobrevivir en las naciones modernas sin energía, abrigo, alimentos, medicina y tecnología derivados de la ciencia. el hombre de la Edad de Piedra apenas vivía de 20 a 25 años, en cambio nuestras expectativas de vida hoy andan por los 80. De modo que la mayoría de nosotros somos demasiado viejos como para poder pasarla sin cirugía abdominal, fármacos, prótesis, antibióticos, marcapasos y toda la organización social que resultó de la ciencia. Hoy, una urbe como Manhattan contiene más seres humanos que los que hubo en la Edad de Piedra en toda la Tierra. Si tocáramos el planeta con una varita mágica que hiciera desaparecer la ciencia y todo lo producido por la ciencia y la tecnología, en pocos días moriría por lo menos un 80% de la humanidad.
Tomado de: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=64898
lunes, 2 de abril de 2012
Un poco de antropología para conocernos mejor: los humanos y los lácteos
Lácteos
Menos remoto, y más engorroso que mortal, es otro de los rasgos que la evolución reciente ha dejado en nosotros. Hace unos 10,000 años, en algún lugar del Fértil Creciente, la zona bañada por los ríos Nilo, Jordán, Tigris y Éufrates -o tal vez en India o el África subsahariana- los humanos domesticamos a la vaca y, con esa primera res, nacieron los lácteos. Vacas y humanos pertenecemos al grupo de los mamíferos. Es decir que, entre otras tantas cosas, tenemos en común las glándulas mamarias productoras de leche. Las mamas sirven para alimentar a las crías después del nacimiento y, llegado el momento del destete, los mamíferos no volvemos a encontrar ese alimento. Con la domesticación de animales productores de leche, millones de años de evolución volaron por los aires: machos y hembras adultos de Homo sapiens podían alimentarse a diario de leche. El problema es que este desarrollo tecnológico -el de los lácteos- está en conflicto con nuestro programa genético. Como mamíferos que somos, a partir de los dos años de edad, paulatinamente dejamos de producir una enzima del intestino delgado clave para poder digerir la leche llamada lactasa. La lactosa no digerida llega al colon donde provoca síntomas de diarrea y, cuando es digerida por las bacterias que allí viven, se convierte en gases -sobre todo hidrógeno- que resultan muy molestos. Sin embargo, muchos adultos intolerantes toman leche en pequeñas cantidades con normalidad -en el café- sin experimentar efectos graves. Pero, como decíamos, los humanos hemos seguido evolucionando y nuevas mutaciones han hecho que una parte de la población siga produciendo esa enzima en la edad adulta. Aunque la mayoría -un 65%- sea intolerante, hay poblaciones con una larga historia de ganadería y consumo de lácteos que tienen una proporción mucho mayor de estos genes -sobre todo en el noroeste de Europa e India y en algunas regiones de Africa-.
Tomado de "Ciencia cierta"
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